Corredor del Beagle | ¿Un proyecto turístico?

Cabo San Pio

Cuando en la actualidad se habla de turismo, ya no hay dudas de que es uno de los grandes fenómenos sociales de las últimas décadas, muchos expertos han descrito sus impactos económicos y ambientales. Según un informe publicado en septiembre de 2019 por la Organización Mundial del Turismo (OMT), la actividad turística ocupa el tercer lugar en importancia en relación a las exportaciones mundiales, luego de la industria química y de combustibles, tanto para los países emergentes como para los de economías más sólidas. El turismo representa el 7% de las exportaciones globales. Esto da cuenta no sólo de su importancia sino de las oportunidades que la actividad genera para bien y para mal. El informe resalta que la devaluación en el caso de Argentina contribuirá a su crecimiento, acompañando una tendencia mundial del 4%, que para el caso de Sudamérica es de un 2%. En la misma línea, durante el año 2018, la provincia de Tierra del Fuego AeIAS recibió una totalidad de 449.000 viajeros (arribados vía aérea, terrestre y marítima). La variación inter anual respecto del 2017 presentó un leve incremento del 1,2%. (Datos publicados por In.Fue.Tur.)

Con esta perspectiva resulta muy inoportuno no prestar la debida atención a la planificación para asegurar los mejores beneficios de la actividad y minimizar los impactos negativos que puedan generarse. Hasta acá estamos todos más o menos de acuerdo. Ahora bien, el mismo informe sostiene que de 101 países encuestados en relación al aspecto social del turismo y sus tendencias, el 100% sostuvo que la sustentabilidad del turismo es el primordial objetivo y que sustentabilidad y competitividad van de la mano, así como el uso eficiente de los recursos, la promoción de la conservación de la biodiversidad y acciones para minimizar el cambio climático. Por otro lado, la tendencia de los consumidores de viajes (léase turistas) se caracteriza en: viajar “para cambiar”, es decir tener experiencias lo más auténticas posibles que aporten a la propia transformación; viajar “para mostrar”, el uso de las redes sociales es cada vez más, parte de los viajes; la búsqueda de una “vida saludable”, lo que incluye más actividades que generen bienestar como caminar, contemplar y realizar deportes; la existencia de viajeros solos y de gran variedad de edades y por último, mayor consciencia sobre el turismo sustentable que se suma al concepto “cero plásticos” y a la preocupación por el cambio climático.

Casa Vieja, a 17 kilometros al este de la desembocadura del Río Moat

Ya nadie lo discute. Si alguien tuviera la oportunidad de primera mano de preguntar al turista que llega a Tierra del Fuego qué es lo que lo motiva a viajar, justamente no es impacto ni descuido en el medio ambiente. Los profesionales de turismo, especialmente los guías, lo vivimos a diario.

Otros datos recientes publicados por la OMT sobre los Objetivos de Desarrollo Sustentable (OSD) resaltan que el 73% de los millennials (nacidos entre 1980 y 2000) están dispuestos a pagar más por la sostenibilidad, en comparación con el 51% de los baby boomers (nacidos entre 1946-1964), lo que significa que nuestros programas, políticas, productos, experiencias y promoción turísticos han de definirse y orientarse extremadamente bien. Si pretendemos forjar comunidades y países resilientes, debemos proyectar la seriedad de nuestro compromiso al exterior. Y es ésta nuestra visión respecto del proyecto “Corredor Costero del Canal Beagle” (CCCB). 

Ensanche de la ruta en el tramo 2 que excede visiblemente los 6 metros de ancho propuestos en el proyecto

En 2017, en que comienza a hablarse del proyecto en cuestión, el lema de la OMT fue el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Difícil de percibir estas ideas en las acciones de los responsables de la actual gestión provincial.

Mediáticamente se ha instalado, desde el gobierno: “ruta si o ruta no”, y este claramente no es el eje de la discusión. Llama la atención la falta de un proceso participativo donde se pueda discutir el mejor proyecto posible y donde se incluyan los aportes de todos los actores. Es el caso del sector turístico, que a pesar de estar claramente involucrado, nunca fuera consultado, aun pidiendo formalmente la información y la convocatoria del Consejo Provincial de Turismo (CPT), ámbito para tratar el proyecto presentado como “turístico”. La falta de participación de los distintos sectores de la sociedad que se verán alcanzados por esta obra, la inobservancia de las opiniones de los expertos, tanto de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego como del Centro Austral de Investigaciones Científicas-CONICET, expresadas en la Audiencia Pública del 11 de Diciembre de 2018, el desconocimiento de la ley provincial Nº 65 que crea al CPT, (ámbito para el intercambio y discusión de políticas, proyectos y problemáticas del sector turístico), la falta de planificación adecuada en el territorio, una discusión seria y profunda sobre las ventajas y desventajas, el desconocimiento de la traza y el recorte obsceno que se ha hecho sobre el Plan de Desarrollo Turístico Sustentable (PETS TDF), más que deficiente resulta escandaloso. 

 

Sector de la ruta en el tramo 2 donde los trabajos sobre la ruta generaron paredones a ambos lados que no permiten vislumbrar el paisaje

La clara paradoja es que el mismo Plan manifiesta de forma crítica a muchas “formas de hacer” que debieran revisarse. A su vez sostiene que “la planificación estratégica se constituye en una verdadera política de Estado cuando supera las contingencias gubernamentales, manteniéndose y sosteniéndose con la apoyatura de todos los actores sociales, culturales y económicos durante más de un período de gobierno constitucional. Dicha planificación estratégica debe contar con el consenso de los agentes públicos y privados, de los actores socioculturales y de los miembros de las comunidades que integran el producto turístico de la Provincia de Tierra del Fuego, con el fin de atenuar las incertidumbres y generar compromisos de participación activa. […] El sector político de la comunidad, conformado por los organismos, funcionarios y autoridades de los gobiernos locales, provinciales y nacionales, tiene funciones esenciales en la organización, gestión y supervisión de las actividades turísticas, procurando la protección, conservación y el uso racional de los recursos naturales y culturales comprometidos en prestaciones”. 

Desbosque en la apertura de traza en el tramo 3, al este del Río Moat

Es así que, sin una planificación adecuada, el gobierno promueve una diversificación de la “matriz productiva” y manifiesta el potencial y las oportunidades que la ruta y el crecimiento van a generar, pero a nuestro entender, es apenas una percepción instalada en el imaginario de muchos funcionarios, porque la verdad es que no hay documentos que describan proyectos serios al respecto, y mucho menos participativos. No se abrió ninguna posibilidad de evaluar alternativas de manera que actividades turísticas que hoy mismo promueve el estado, como el senderismo de larga duración, ciclismo, la observación de aves o cualquier modalidad dentro del turismo de naturaleza, sean tenidas en cuenta. La falta de un proyecto integral generará impactos irreparables y que al día de hoy, no se han explicado. Nadie parece haber medido sus consecuencias. 

Conchero con material arqueológico sobre el sector que se veria afectado por la apertura de traza en el tramo 3

¿Qué proyecciones de visitantes se previeron? ¿Dónde se instalarán equipamientos e instalaciones que propicien las visitas? ¿Acaso pensaron las autoridades que cientos (o miles?) de cruceristas optarían por recorrer 132 km de un camino de ripio, con velocidad máxima de 40 km/h, para luego regresar al crucero, luego de recorrer más de 260 km? ¿Qué cálculo de tiempo destinaron a esta “experiencia”? Estas preguntas son sólo algunas de las muchas que nos hacemos quienes a diario estamos en contacto con turistas, argentinos y de muchas otras nacionalidades, muchos de los cuales plasmaron sus opiniones en diversos documentos emitidos durante este último año. Por otro lado, una de las modalidades de visita que más inversión atrajo en los últimos años (basta contar las nuevas embarcaciones), es la combinada: tramos por mar y por tierra, que optimizan tanto los tiempos como la capacidad de transporte. ¿Existió algún análisis detallado para esta modalidad?

Apertura de traza en el tramo 1, en la zona de Punta Segunda

 
La manera en la que se están llevando a cabo las obras, sin controles eficientes, sin respeto a los informes de expertos y técnico locales, la premura y la necesidad de avanzar sin siquiera tener en cuenta algunos de los requisitos del pliego de licitación, algo que sistemáticamente se está minimizando por las autoridades del mismo gobierno que lo aprobó. Así se sigue confundiendo a la comunidad, prometiendo trabajo y oportunidades sin definir cuáles serán. Y lo que no tiene vuelta atrás... lo más desastroso es la afectación al paisaje natural, a la vez marco necesario para una supuesta “ruta escénica”, que no volverá a ser el mismo, perdiendo autenticidad y una condición agreste como pocas, justo lo que busca el visitante que llega a Tierra del Fuego.

Estamos modificando el paisaje y la naturaleza, los recursos más valiosos que tiene el turismo en Tierra del Fuego con una obra tan ostentosa, como innecesaria. Descuidamos el paisaje visto desde el mar, como el que se ve desde las embarcaciones hacia la Reserva de Playa Larga, hoy atravesado por una gran herida en la ladera. Así, se afectarán ejemplares únicos de nuestro bosque como los árboles bandera, los pequeños bosques puros de canelo o notro, íconos en las postales de quienes nos visitan.

Bosque de canelos que se verían afectado con la apertura de traza en el tramo 3

Además, la gravedad que tiene y tendrá el polvo en suspensión, producto del tipo de ruta prevista, expone a riesgos en el tránsito que debieran ser muy tenidos en cuenta. Cada vez más, esta condición malogra la experiencia de muchos turistas que no tendrá posibilidades de ser mejorada con una segunda impresión, prueba de ello es el éxito que han tenido los 4x4, o en consecuencia el deficiente desarrollo del ciclo-turismo, ambos sin un orden y uso del espacio planificado.

Y lo que es peor, se afectará el Patrimonio Cultural representado en los yacimientos arqueológicos de los pueblos originarios y su territorio ancestral…motivo de interés a nivel mundial. Por si no queda claro: el Patrimonio Natural y Cultural, principalmente, es lo que motiva a los turistas a visitar Tierra del Fuego. 

Desbosque en estancia Río Encajonado para apertura de traza del tramo 1

Hostería Petrel, Aerosilla Martial, Hostería Cabo San Pablo, Hostería Yehuin, Reserva Playa larga y las ocupaciones irregulares sobre la Ruta J son la muestra de la ineficiencia del Estado para gestionar el desarrollo del territorio de forma que los espacios y recursos de todos, sean realmente cuidados. Atractivos turísticos abandonados, inundados de basura, pésimamente gestionados, crecimiento desordenado, asentamientos que nadie controla ni asiste para que en verdad, la gente pueda vivir mejor. Eso no es calidad de vida ni desarrollo sustentable.

Que el corredor no nos tape el bosque…

Algunos números para pensar

Según el informe del Ministerio de Trabajo de la Provincia la empresa constructora contaba al momento de la consulta con 30 empleados, 9 de los cuales eran residentes en Tierra del Fuego.

El costo destinado a la obra, de USD 100 millones, que debería “mejorar” unos 80 km y “abrir” unos 50 km es de más de USD 700.000.- por kilómetro lineal (¡sí!, setecientos mil dólares por kilómetro). Descontando que la “mejora” de un camino existente debería tener un costo significativamente menor a la “apertura” de nueva traza, el cálculo nos orienta a pensar que por cada kilómetro a abrir el costo superará ampliamente el millón de dólares por kilómetro lineal.

El ancho del camino, ruta Categoría IV, según el MEGA II (Manual rector para obras viales) y lo presentado en el Estudio de Impacto no debía superar los 6,70 metros. Sin embargo, a lo largo de la ruta “mejorada” las inspecciones de la Secretarìa de Ambiente estimaron que la sumatoria de los “ensanches” equivale a un exceso de ensanche de 9 metros más a lo largo todo el tramo “mejorado” de la ruta J (más de 70 km).

Los yacimientos arqueológicos declarados en el Estudio de Impacto Arqueológico representan un solo un 10% de los yacimientos existentes. ¿Qué sucederá con el 90% restante?

Sabrina Kizman* y María Laura Borla**

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* Kizman es Guía y Licenciada en Turismo egresada de la Universidad de Morón. En 1993 se trasladó a Tierra del Fuego, atraída por su naturaleza e historia, donde ha trabajado fundamentalmente como guía naturalista, profesión que la ha llevado a distintos lugares de la Patagonia Argentina y Chilena, como a otros destinos de naturaleza como África del Este, Amazonas y Antártida. También ha trabajado como conferencista y asesora en temas vinculados al patrimonio natural y cultural de TDF. En los últimos 15 años se ha especializado en el área de Turismo y Conservación. Desde su trabajo en la Asociación de Profesionales de Turismo ha participado en los proyectos relacionados al desarrollo de los planes de manejo de las áreas protegidas en Tierra del Fuego, la Reserva Natural Urbana Bahía Encerrada e impulsado y coordinado los talleres del proyecto Compromiso Onashaga sobre turismo responsable en el Canal Beagle iniciado en 2005. En el año 2006 inició junto a su colega y periodista Marietta Iglesias el ciclo radial “Caminos del Turismo”, emitido hasta 2010 en FM del Sur, Ushuaia, con el desarrollo de contenidos relacionados a la actividad turística tanto local como internacional. Entre julio de 2012 y marzo 2016 fue la promotora de los Proyectos DAS (Desarrollo de Actividades Sostenibles) para el Parque Nacional Tierra del Fuego (PNTdF) en el marco de Proyectos BIRF para el fortalecimiento de las Áreas Protegidos en Argentina, al mismo tiempo que fue voluntaria Honoraria para coordinar el grupo de trabajo para la realización del Plan de Educación Ambiental. Su formación se completó en la Escuela Argentina de Naturalistas, auspiciada por APN, como Intérprete Naturalista y en 2014 finalizó la Diplomatura en Conflictos Ambientales, Mediación y Planificación Participativa, en FLACSO. A lo largo de su recorrido como profesional participó en distintos espacios de intercambio como la Comisión Asesora Local del Parque Nacional Tierra del Fuego, el Consejo Provincial de Turismo y la Comisión Asesora para el Plan de Manejo de la Costa de Ushuaia. Actualmente se encuentra fuertemente comprometida en temas relacionados al desarrollo del turismo responsable y en promover prácticas amigables con el ambiente.

** Borla nació en Buenos Aires, se sintió atrapada por la Patagonia y eligió Ushuaia, donde se radicó en los 1980s, momento en el que ya se había graduado como Guía Nacional de Turismo en el Instituto Perito Moreno, en su ciudad natal. Es una amante de la naturaleza y su interés principal yace en el desarrollo de prácticas turísticas sustentables que efectivamente impacten positivamente en el desarrollo de Tierra del Fuego, área en la que produjo varias contribuciones relevantes en publicaciones especializadas y periodísticas. También escribió capítulos de libros y artículos en revistas de Turismo. Completó su formación académica cuando obtuvo su Maestría en Turismo de Naturaleza en la Universidad de Somerset (UK), y otros estudios de posgrado en Desarrollo Sustentable en la Universidad de la Patagonia “San Juan Bosco” en Ushuaia. Es guía oficial del Parque Nacional Tierra del Fuego y también acumula experiencia en expediciones antárticas como naturalista. Paralelamente, obtuvo el título docente en Lengua Inglesa y dictó durante más de diez años clases en diversos establecimientos de la ciudad, principalmente en el Instituto Cultural Argentino-Norteamericano (USHICANA) y a través del Área de Extensión de la UNPAT. En 2011 inició un nuevo camino cuando se sumó al Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) como divulgadora científica y comunicadora, estableciendo una sólida relación institucional con la comunidad, el sistema educativo provincial y los visitantes, asistiendo para completar la tarea de comunicación a investigadores locales y visitantes durante casi seis años. Actualmente se encuentra trabajando fuertemente para concientizar sobre temas de alto impacto ambiental en la región. También se desempeña como guía naturalista y como conferencista en temas sobre Tierra del Fuego, todas ellas actividades donde puede compartir el conocimiento que pudo adquirir durante toda su vida en el confín de la Tierra. Su libro “Explorando Tierra del Fuego - Manual del viajero en el fin del mundo”, publicado en colaboración con su colega Marisol Vereda en 2001, es su contribución más popular; lleva ya cuatro ediciones, una de ellas en inglés. Su compromiso sigue firme para consolidar el desarrollo –en todo sentido- de prácticas sustentables en todos los ámbitos de acción humana.