Corredor del Beagle | La deforestación es voluntad política del gobierno de Tierra del Fuego

Deforestación de bosque nativo en el tramo 1 del Corredor del Beagle, proyecto del gobierno de Rosana Bertone
  • Recientemente circuló un artículo periodístico que hace un repaso de las acciones de la Secretaria de Ambiente de la Provincia en pos de la preservación de los bosques nativos.
  • Se hace referencia a un informe de Nación que expresa que durante 2018 no se registró perdida de bosque nativo en Tierra del Fuego. La deforestación sobre la costa del Canal Beagle impulsada por el Gobierno Provincial se efectuó en el año 2019.
  • El artículo omite mencionar la decisión política del Gobierno Provincial de deforestar vastos sectores de bosque nativo categoría roja para la construcción del Corredor del Beagle.
Al leer el artículo publicado en el portal Sur54 (ver aquí) una persona que no esté muy interiorizada en la temática ambiental de la provincia podría pensar que esta gestión se destaca por su interés en la defensa de los bosques nativos de la provincia, al ver desplegada una especie de “check list” con diferentes acciones llevadas adelante por, o con el acompañamiento de la Secretaria de Ambiente de la Provincia, entre las que se encuentra el plan de erradicación de castores, planes de prevención de incendios forestales y otras acciones como salidas didácticas y de capacitación. Y lo cierto es que estas acciones son reales, importantes y necesarias. Pero el raconto deja de lado otras acciones no tan amigables con el ambiente impulsadas por el gobierno provincial y hasta daría la sensación que el artículo responde a la necesidad del ejecutivo de “lavar” su imagen mediática desviando la atención de ciertas decisiones impopulares con un fuerte impacto negativo en los bosques nativos.


Lo cierto es que plantar un árbol en un lugar no remedia la acción de talarlo en otro, y eso es lo que pareciera querer instalar el gobierno con declaraciones como la de la gobernadora Rosana Bertone en el programa La Puerta Abierta del 1 de septiembre donde expresa que es injusto que “la peleen” por la deforestación en la costa del Canal Beagle siendo que “ella” ha plantado miles de árboles en Bahía Torito. Salvando la cuestión de que el trabajo de Bahía Torito no es voluntad ni decisión política de la gestión de Bertone, que la acción es llevada adelante por el grupo de voluntarios y voluntarias denominado “Soy parte del Bosque Fueguino” (de hecho Loreto Fernández, una de sus referentes, ha expresado su rechazo a la deforestación en Túnel y ha manifestado públicamente su preocupación por la forma en que las obras se vienen llevando adelante), y que todo el proyecto es financiado con dinero de Nación proveniente de la Ley de Bosques, la restauración de bosques en la franja central de la Isla Grande de Tierra del Fuego no puede compensar la pérdida de bosques en la costa sur, ya que se trata de diferentes ecosistemas, con diferentes características y valores ambientales (y culturales).


Lo mismo parece suceder con este artículo titulado “El Gobierno provincial avanza en las gestiones para la conservación y el sostenimiento del bosque nativo” al que hago referencia. Da la sensación de que se pretende instalar la idea de que todas esas acciones compensan el hecho de que actualmente se está perdiendo una importante franja de bosque nativo categoría roja en la costa del Canal Beagle y que esa perdida no es a causa de un incendio (como es el caso de Bahía Torito) o de la acción de especies exóticas (como sucede con los Castores) sino que se trata de una decisión del gobierno de la provincia, una política de estado, un proyecto de la gobernadora Bertone, apoyado por todo el gabinete provincial incluido el Secretario de Ambiente, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, cuya función es la de gestionar, preservar y proteger el ambiente natural con acciones como las enumerada en el mencionado artículo del portal Sur54 y no la de impulsar aperturas de rutas atravesando ambientes prístinos, únicos e irrecuperables.


Llama la atención la manifiesta intencionalidad de desinformar y desviar la atención el párrafo que hace referencia a un informe del gobierno nacional que expresa que no se ha registrado pérdida de bosque nativo en la provincia durante el año 2018 y destaca el cumplimiento de las categorías de conservación establecidas en la Ley de Bosques. Seguramente el informe es certero. Lo que también es certero es que durante el transcurso del año 2019 existe una perdida comprobada, documentada e impulsada por el gobierno provincial de bosque nativo categoría 1 en las estancias Harberton, Río Encajonado y Túnel, donde se voltearon miles de ejemplares de árboles, en su mayoría centenarios, para la apertura del tramo 1 del Corredor del Beagle, y la instalación de un obrador, un basural y otras obras de infraestructuras asociadas a las obras del tramo 2. Con una declaración de utilidad pública dudosamente fundamentada (entre sus fundamentos se encuentra el desarrollo de las salmoneras en el Canal Beagle, por ejemplo) el gobierno pasó por arriba de la máxima categoría de protección de los bosques nativos que brinda la ley nacional para deforestar “legalmente”. Se trata de una maniobra administrativa que aprovecha un recoveco legal para avanzar sobre bosques protegidos.


Una aberración por donde se la mire y una decisión política totalmente contraria a la defensa del ambiente en un país con una de las más altas tasas deforestación del mundo. A esta legalidad hacia referencia el secretario de ambiente Mauro Pérez Toscani en la reunión de comisión 3 de la legislatura provincial del día 5 de septiembre al ser interpelado por el legislador Bilota sobre el desbosque efectuado en Estancia Túnel y Río Encajonado (ver aquí). Amparándose en los dichos de Pérez Toscani el legislador oficialista cargó más tarde contra quienes manifestaron su defensa del bosque nativo calificándoles de “hipócritas” e “irresponsables” (ver aquí).


Además de la deforestación, no puedo dejar de tener en cuenta otra grave amenaza sobre el ambiente natural que impulsa el gobierno con la apertura del tramo 3 del Corredor del Beagle, donde se pretende extender la ruta desde el río Moat hasta Cabo San Pío, metiéndose de lleno en el área natural protegida Península Mitre, afectando gravemente importantes sectores de turberas de astelia. Recordemos que las turberas cumplen un rol fundamental en la mitigación del cambio climático ya que son sumideros de carbono por excelencia, inclusive más importantes que los bosques.


Al avalar el impacto sobre estas turberas el Gobierno esta atentando contra un recurso estratégico en la lucha contra el cambió climático. Y no podemos perder de vista que la construcción de ese tramo en particular no puede ser atribuido a una necesidad imperiosa de conectividad, lo que torna a la decisión política aún más aberrante. Con respecto al tramo 3 del Corredor del Beagle hay un aspecto aún más alarmante: la Dirección de Recursos Hídricos, dependiente de la Secretaria de Ambiente de la provincia, recomendó no efectuar las obras en la traza establecida para el sector 3 debido al grave impacto sobre los humedales del sector. En el informe los técnicos expresan que “dada la profundidad de turba relevadas, preocupa de manera especial la ubicación que se le ha dado a la traza de la RP 30 en este tramo” y agrega que “la traza propuesta involucra costosos trabajos de remoción de la turba (hasta 8 mts en algunos sectores) y su posterior relleno con áridos. Por otra parte, esto dañaría de manera irremediable a todo el humedal ubicado pendiente debajo de la misma, eliminando el aporte hídrico que en la actualidad recibe”.


Luego de una extensa exposición sobre las características de la región y del impacto que ocasionaría la obra, el informe nro 02/2019 la dirección de Recursos Hídricos expresa “por lo expuesto, y dada la insuficiente información para realizar un análisis del tramo 3 del proyecto, desde esta Dirección General, se recomiendo no aprobar el Estudio de Impacto Ambiental del “Tramo III” de la ruta provincial n° 30”. Estas recomendaciones, plasmadas en un informe elaborado por personal técnico altamente capacitado de la provincia, fue ignorado por las autoridades de la gestión y el estudio de impacto ambiental fue aprobado para continuar con la obra de la forma en que fue planificada. Esto deja en evidencia la real preocupación que el gobierno provincial tiene sobre el ambiente.
Mientras por un lado se llevan acciones que no responden a otra cosa que a la función de la Secretaria de Ambiente y que son lo mínimo esperable de cualquier gestión, por el otro se avala e impulsa un proyecto con un altísimo impacto ambiental que genera un daño irreparable en uno ecosistema único de características muy particulares como es el bosque nativo costero del Canal Beagle.



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