Península Mitre | La larga espera por la conservación del patrimonio fueguino


  • Tras décadas de reclamo social, Península Mitre continua sin protección legal.
  • Al día de hoy, la Legislatura Provincial aún no ha honrado el compromiso asumido de crear el Área Protegida en el extremo oriental de Tierra del Fuego.
  • El proyecto ya consensuado, retrocedió a instancias de discusión tras nuevas dudas planteadas en comisión por los legisladores.

El extremo oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego es un territorio extenso y despoblado. Es una tierra de bosques, acantilados, humedales y climas severos, reservorio de naturaleza e historia. Territorio del guanaco, el cauquén y el cóndor, antiguamente poblada por los originarios Haush, fue testigo de las primeras visitas europeas y de innumerables historias de navegantes que, con sus éxitos y fracasos, forjaron el presente de nuestra provincia. Debido a que se trata de una región muy poco impactada por la actividad humana, sus características ambientales presentan un estado de preservación muy bueno, lo mismo que sucede con los restos arqueológicos que allí se encuentran, tanto de pueblos originarios como de la actividad de la cultura occidental a partir de la llegada de los primeros navegantes europeos. Dentro de los aspectos ambientales Península Mitre posee atributos que la hacen única. Se destacan entre estas características la diversidad y extensión de las turberas, que representan una alta proporción de los existentes en el hemisferio sur. La mitad de los humedales del mundo son turberas y Tierra del Fuego alberga el 95% de las turberas de nuestro país. Las características naturales del territorio convierten a Península Mitre en una especie de oasis ambiental que ofrece refugio a especies muy particulares como el huillín, el carancho austral y el cóndor andino, todas ellas en un delicado estado de conservación.


Además de su riqueza ambiental, este territorio reviste una gran importancia como reservorio de yacimientos arqueológicos, los cuales albergan registros de los antiguos habitantes de estas tierras, como así también de las sucesivas incursiones del hombre blanco desde los primeros navegantes hasta nuestros días. En Península Mitre se pueden hallar restos de naufragios centenarios, asentamientos inexplorados de pueblos originarios, restos de estancias, establecimientos de cazadores de lobos marinos, o buscadores de oro, lo que representa un recurso invaluable para el trabajo de investigación de los arqueólogos, quienes a partir de estos restos escriben la historia de nuestra región.



Es por estos motivos que desde hace alrededor de tres décadas existe un creciente interés por parte de diversos actores sociales de dar protección legal a este invalorable territorio. Sin embargo, a pesar de tantos años de trabajo y reclamos, Península Mitre continúa siendo una especie de “tierra de nadie” con su patrimonio expuesto a cualquier amenaza. En el año 2017 el interés por la creación de un área protegida que diera resguardo a ese importante territorio cobró fueras renovadas gracias a una campaña lanzada por un grupo de organizaciones de la sociedad civil de Tierra del Fuego, conformadas por personas con larga data trabajando en la provincia en tematicas relacionadas con la conservación del patrimonio natural y cultural. Con el nombre de “Protejamos Península Mitre”, las asociación civiles Conseración de Península Mitre, Manekenk, Bahía Encerrada, Profesionales de Turismo, Guías de Montaña, Fundación Ushuaia XXI, Cámara de Turismo de Tierra del Fuego y el Club de Observadores de Aves de Ushuaia comenzaron a reclamar al gobierno de la provincia que de inmediato tomara las acciones necesarias en orden de dar efectiva protección al extremo oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego.


Gracias al esfuerzo y la insistencia de estas organizaciones, el gobierno tomó la decisión de avanzar en los trabajos para la creación de lo que sería el Área Protegida Península Mitre. Para ello se impulsaron desde el estado una serie de talleres colaborativos de los cuales participaron técnicos de la Secretaria de Ambiente, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático de la provincia, las asociaciones que impulsaron la campaña, científicos, expertos y personas interesadas en la protección de Península Mitre. Mediante este proceso se consensuaron los límites territoriales y las categorías de conservación que tendría la futura área protegida. Una vez consensuado el proyecto, fue elevado a la Legislatura Provincial para su tratamiento en las comisiones correspondientes y en el mes de noviembre de 2018, luego de algunas modificaciones, fue girado a sesión con el compromiso de todos los legisladores y legisladoras de que Península Mitre seria, para fines de ese año, un Área Protegida. 


Sin embargo algo cambió en la voluntad política del oficialismo provincial y la ilusión duró poco. Días antes de la sesión comenzó a circular el rumor de que, a pesar del compromiso asumido públicamente por el cuerpo legislativo, proyecto no se trataría y quedaría a la espera del próximo año. Los temores se confirmaron el día de la sesión, cuando trascendió la novedad de que el proyecto no se encontraba en la orden del día. Inexplicablemente, la bancada oficialista decidió que Península Mitre no sería un área protegida este año, faltando al compromiso asumido por el Gobierno Provincial y generando un gran malestar y desconcierto entre las personas que durante todo el año trabajaron intensamente en reuniones y actividades con los funcionarios públicos con la promesa de que el anhelo de años sería cumplido. Sin mas explicaciones, el sueño de una Península Mitre protegida para fines de 2018, se cayó a pedazos.

Ocho meses más tarde, en septiembre de 2019, luego de un largo periodo sin novedad alguna sobre el destino del proyecto, la Legislatura anunció que trataría el proyecto nuevamente en comisión. Retrocediendo nuevamente en todo el trabajo logrado, lo legisladores se reunieron y plantearon nuevas dudas sobre el proyecto, dudas que, inexplicablemente, no surgieron durante todo el trabajo llevado adelante en el año 2018. La principal preocupación vertida: la financiación para la creación y gestión del área protegida. De esta forma, el proyecto quedó nuevamente en una situación de incertidumbre en la cual nadie sabe muy bien si efectivamente Península Mitre será protegida, cuando sucederá esto y cual será, de suceder, el proyecto finalmente aprobado, ya que la puerta a modificaciones al texto consensuado en 2018 está abierta. 



La sociedad fueguina se encuentra nuevamente en una situación en la cual su voluntad parece ser la moneda de cambio de las decisiones políticas, las cuales sistemáticamente ignoran los reclamos del pueblo en pos de intereses poco claros. Nuevamente los representantes decepcionan y generan malestar. Lo cierto es que el proyecto vuelve a la instancia de discusión, la cual había sido ampliamente superada. La conformación actual de la cámara legislativa tiene los días contados y quedan pocas sesiones antes del recambio. Nuevamente la sociedad debe esperar a los tiempos de los políticos, los cuales parecieran tomar las decisiones en función de su conveniencia y no de las necesidades del pueblo. En vista de las idas y venidas y de las sorpresas inesperadas ya vividas, nada puede garantizar que Península Mitre se convierta en un Área Protegida. No este año, por lo menos. No sin un fuerte reclamo popular.

Abel Sberna


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