Pueblos Originarios | El rol del Museo del Fin del Mundo en el hallazgo de restos humanos en la obra del Corredor del Beagle
- Restos de un cuerpo humano perteneciente al pueblo Yagán fue exhumado por los arqueólogos que trabajaban en el tramo 1 de la obra del Corredor del Beagle.
- La comunidad Yagán no fue informada ni consultada y solo fue puesta en conocimiento del hecho una vez que los restos ingresaron al Museo del Fin del Mundo.
- Silvia Tale, directora del Museo del Fin del Mundo, y Mariam Pousa, jefa del departamento de conservación, explican el rol de la institución y el protocolo que se siguió luego de que los restos ingresaran al museo.
A principio
de diciembre de 2019 la noticia del hallazgo de restos humanos pertenecientes a
una persona integrante del pueblo yagán en la obra del Corredor del Beagle
conmocionó a la sociedad. Se trata de los restos de una pequeña niña del pueblo
originario que habitó la costa sur de Tierra del Fuego durante miles de años.
El hallazgo, la exhumación del cuerpo y el contexto en el cual se produjo
ocasionó una gran controversia debido a que existen legislaciones que regulan
la forma en que estas situaciones deben ser manejadas. La ley es clara: cuando
se produce el hallazgo de un resto humano perteneciente a una comunidad, dichos
restos no deben ser exhumados sin previo consentimiento de dicha comunidad.
Esta condición no se cumplió, el cuerpo fue rescatado por el equipo de
arqueólogos contratado por el gobierno provincial y fue trasladado al Museo del
Fin del Mundo (MFM). “El Museo del Fin del Mundo adhiere al protocolo
deontológico del ICOM (Consejo Internacional de Museos por sus siglas en
ingles) y es quien imparte las normas para la práctica correcta de la
museología a nivel internacional. El museo decide institucionalmente desde sus
áreas técnicas adherir al ICOM. Una vez que el cuerpo ingresó al museo nosotros
activamos un protocolo que tiene que ver con involucrar a la comunidad
involucrada” explica Mariam Pousa, directora del departamento de
conservación del MFM. Por su parte Silvia Tale, directora de la institución,
explica que “el Museo del Fin del Mundo aplica la ley 370 y cumple con la
responsabilidad de resguardar todo el patrimonio que se ha rescatado en el
ámbito de la provincia, sean provenientes de proyectos especiales, de
investigaciones que se estén llevando delante de manera sistemática, algún
hallazgo fortuito y de planes de mitigación de obras. Todo esto conforme a lo
que establece el artículo 31 de la ley 370” y agrega que en relación a los
restos humano “la responsabilidad del museo es que, al momento de recibir la
notificación del hallazgo de restos humanos, se debe activar el protocolo
correspondiente que implica tomar contacto con la comunidad originaria a la que
estuvieran vinculados los restos”.
Excavaciones de yacimientos arqueológicos en la zona donde se construye el Corredor del Beagle |
Según Tale,
los restos ingresaron al museo “hacia finales de noviembre de 2019, aunque
ya habíamos tenido notificación, a través de los arqueólogos, del hallazgo. Se
convocó a una reunión, de la cual participaron el Secretario de Cultura, la
directora de conservación Mariam Pousa y Víctor Vargas, consejero de la
comunidad Paiakoala. En esta reunión le hicimos la notificación verbal sobre el
hallazgo y el Secretario de Cultura se comprometió a invitar al resto de la
comunidad a una reunión informativa una vez que los arqueólogos entregaran el
informe final. Esta reunión, entiendo, no se llevó a cabo ya que ni esta
institución y la comunidad fue convocada para recibir la información”.
“Nosotros
como museo y área técnica una vez que el cuerpo ingresó activamos el protocolo,
más allá de lo que se haya hecho antes. Entiendo que, previamente a que el
museo tome conocimiento, a la comunidad no se le dio participación cuando se
realizó el hallazgo en el sitio” relata Pousa. Si bien el museo respetó el
protocolo y tomó las acciones acordes al mismo, no habría sucedido lo mismo en
las etapas previas, siendo esta falencia responsabilidad de la Secretaria de
Cultura de la provincia, que en aquellos momentos estaba comandada por Gonzalo
Benito Zamora, quien actualmente se encuentra imputado en una causa por
presunto daño al patrimonio arqueológico causado por la obra del Corredor del
Beagle. El funcionario se habría enterado del hallazgo luego de la exhumación
del cuerpo, cuando el mismo estaba siendo trasladado al museo. “Si el museo
hubiera tenido participación en los trabajos de campo, hubiera puesto en
conocimiento a la comunidad involucrada en el momento del hallazgo y la decisión
de extracción hubiera sido otra” explica Pousa, y agrega que “el museo
siempre trabajó con la comunidad fueguina, no en detrimento de esta ni a partir
de intereses políticos. El personal técnico de la institución tiene ese
espíritu y a través de este trabajo, que es el primero de estas características
durante nuestra gestión, queremos sentar un precedente de cómo se debe trabajar
en estos casos. De haber estado involucrados en el proyecto en general, en el
plan de mitigación, y si hubiéramos tenido un personal técnico que pudiera
estar en el campo, el protocolo se habría activado en el momento del hallazgo y
no en el lamentable paso después donde ya fue extraído. Desde nuestro lugar
trabajamos con la comunidad, respetando sus deseos. El museo será un lugar de
tránsito para los restos y estamos a la espera de cuáles son los deseos de los
hermanos de la comunidad Paiakoala para el descanso final de este cuerpo”.
Apertura de traza del tramo 2 del Corredor del Beagle, al oeste de Estancia Remolino |
En
declaraciones publicadas en el portal Patagonia24, Víctor
Vargas relató que, por la buena relación y la mente abierta de las autoridades
del Museo del Fin del Mundo, de su directora Silvia Tale que es su jefa directa
y de su compañera Marian Pousa que es jefa del departamento de conservación, le
fue permitido, junto a sus hermanos de la comunidad, estar con los restos en un
lugar privado y cerrado. “Luego
de ser informados del hallazgo, la comunidad Paiakoala solicitó ver los restos
encontrados. Quiero destacar que en este sentido el museo está sentando un
precedente pues entiendo que es la primera vez que toma contacto con a la
comunidad originaria e informa oficialmente sobre el resguardo de restos
humanos pertenecientes a su comunidad. Ha sido un momento muy emotivo para el
personal del museo que acompaño a la comunidad” concluye Tale.
Actualmente la comunidad Paiakoala se encuentra constituida
como querellante en la causa contra tres funcionarios de la gestión de Rosana
Bertone, incluido Zamora, quienes se encuentran imputados por los presuntos
delitos de “daños agravados” y “daños al patrimonio arqueológico”. Los ex
funcionarios Leonardo Gorbacz, Luís Vázquez y Gonzalo Zamora fueron denunciados
penalmente por no haber observado las recomendaciones de personal técnico y
especializado, incluso ocultando un informe con el relevamiento de yacimientos
arqueológicos de la consultora Terramoena y son quienes firmaron la
documentación vinculada con el estudio de impacto arqueológico.
Abel Sberna
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