LAGUNA DEL DIABLO | EL CAMINO MÁS LARGO


  • Vecinos y vecinas se reunieron con funcionarios municipales a orilla de la Laguna del Diablo para discutir sobre el proyecto de construcción del SUM en la reserva
  • Los funcionarios se habrian comprometido a evaluar la posiblidad de mudar la construcción a un predio cercano, evitando así el impacto sobre la costa de la laguna

Luego de la petición de parte de un numeroso grupo de vecinos y vecinas de la ciudad de Ushuaia que rechazan la construcción de un salón de usos múltiples en la reserva natural (ver), funcionarios municipales se reunieron el pasado 10 de febrero a orillas de la Laguna del Diablo y tras un intercambio de opiniones y puntos de vista con quienes planteaban objeciones al proyecto, el municipio se habría comprometido a analizar la posibilidad de llevar adelante la construcción en un terreno cercano, sin intervenir las costas de la laguna.


La decisión de parte del ejecutivo municipal parece ser la acertada, aunque de haberse evaluado la situación de antemano, se podría haber evitado el conflicto que solo significa nuevas demoras para el mantenimiento de un sector natural protegido que actualmente se encuentra en total estado de abandono. No es la primera vez que durante la gestión del intendente Vuoto se generan tensiones y conflictos en relación a la Laguna del Diablo. En el año 2016 la laguna fue protagonista de las noticias locales debido a la decisión del municipio de renombrarla como “Laguna de los Ángeles”, en línea con la voluntad de un grupo de pastores evangelistas. “El nombre del lugar será Laguna de los Ángeles, se acercaron al lugar un nutrido grupo de pastores de iglesias convocados por el Municipio, quienes bendijeron el lugar”, expresó en aquella oportunidad Omar Becerra, Secretario de Gobierno de la Municipalidad. El rechazo por parte de los vecinos y vecinas, y de un importante sector de la sociedad ushuaiense no se hizo esperar y finalmente la idea tuvo que abandonarse.


El problema parece bastante obvio, aunque vemos como los ejecutivos, tanto municipales como provinciales, tropiezan siempre con la misma piedra. La intervención de espacios tan arraigados en la sociedad no puede ser tomada a la ligera ni basarse en decisiones unilaterales. Seguramente si este salón de usos múltiples se hubiera proyectado para ser construido en algún terreno baldío, poca o nula hubiera sido la crítica. Pero dejar de lado a la sociedad para tomar una decisión que cambiará para siempre las características y el uso de un espacio de referencia como lo es la Laguna del Diablo, solo puede dar como resultado un conflicto de difícil solución, generando malestar en la sociedad y haciendo naufragar todo el proyecto que, planteado de otra forma, podría resultar en algo muy positivo para la ciudad..

Ejemplos sobran. El más reciente es el de la obra del Corredor del Beagle, la cual implica la destrucción del sendero de Estancia Túnel (ver). Mientras la obra se llevaba adelante en otros sectores, no hubo gran reacción por parte de la sociedad, pero en el momento en que se comenzaron a voltear árboles en Túnel, se produjeron importantes movilizaciones y protestas sociales que contribuyeron a que hoy la obra se encuentre paralizada en dicho sector. Y es que no se trata de cualquier sendero. Es un sitio que para muchos y muchas representa parte de su identidad y estilo de vida, que alberga un importante patrimonio natural y cultural. Al final, la falta de voluntad de parte del gobierno de escuchar opiniones diferentes y abrir la posibilidad de realizar cambios en su proyecto, se perdió tiempo y dinero y se impactó negativamente un espacio natural que gran parte de la sociedad fueguina desea conservar como está.


Tomar decisiones unilaterales sobre espacios públicos con estas características e intentar imponerlas a la sociedad termina siendo el camino más largo para arribar a la concreción de un proyecto. Lo vimos con el Corredor del Beagle, lo vemos nuevamente con la Laguna del Diablo, y lo volveremos a ver en algún futuro cercano siempre y cuando los y las tomadoras de decisiones no cambien su forma de llevar adelante sus proyectos. Los procesos colaborativos que involucren a todos los actores de la sociedad son la mejor forma para el desarrollo de proyectos que impliquen la modificación del espacio público. Escuchar a los vecinos y vecinas (quienes en definitiva son los usuarios de esos espacios y saben las necesidades que tienen y problemáticas que les afectan), y tener en cuenta sus opiniones, dará como resultado proyectos útiles y funcionales, que serán bienvenidos por la mayoría de la sociedad, evitando demoras en la concreción de las obras y conflictos innecesarios.



Abel Sberna

Artículos relacionados


Comentarios

  1. Así es Abel! Muy linda la nota...los procesos participativos y espacios consultivos están enmarcados en muchas normas y disposiciones...y así como decís se evitarían muchos conflictos porque se avanzaría consensuadamente...pareciera que este es el modo que le gusta a los políticos...hacer de espaladas a quienes dicen representar. En el caso del Corredor... la Audiencia pública se hizo sobre el inicio de la obra sin tiempos de consulta y sin oir las recomendaciones...Lo peor de todo que en ambos casos hay leyes y decretos que se desconocieron orgánicamente.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Las más leidas

CONTACTO

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *