Pueblos originarios | María Vargas: "Onashaga es uno solo, el canal no tiene fronteras"
María Vargas (derecha) junto a su hermana Catalina |
- Los integrantes de la comunidad Yagan de Ushuaia descienden de los pueblos que habitaron originalmente las costas del Canal Beagle, cuyo nombre original es Onashaga.
- Entrevista a María Vargas, integrante de la comunidad, para conocer la vida de su pueblo, la relación con el entorno natural y su opinión sobre los proyectos que se desarrollan en el canal.
Los canoeros de las costas del canal Onashaga, conocido por nosotros como Beagle, habitaron la región por miles de años, en armonía con el ambiente. Todo lo que necesitaban para prosperar lo proveía la naturaleza, con la cual interactuaban aprovechándola de forma sustentable. La llegada del “hombre blanco” significó el final de una cultura milenaria y una irrupción en el ambiente natural que al día de hoy sigue desarrollándose, con consecuencias muchas veces nocivas.
Los pueblos originarios fueron las primeras víctimas de esta avanzada de la cultura “moderna” impuesta por los blancos, la cual se basa en la explotación irrestricta del patrimonio natural, sin importar su sustentabilidad. El estilo de vida Yagan fue empujado a la desaparición y su gente prácticamente extinta. Sin embargo aún perduran los descendientes de estos habitantes originales y se organizan en una comunidad que poco a poco lucha por recuperar su lugar y su voz en una tierra que les fue arrebatada. María Vargas es habitante de Ushuaia e integrante de la comunidad Yagan local.
¿Cómo está organizada la comunidad Yagan en Ushuaia?
Estamos organizados bajo las leyes de Argentina, las cuales regulan y reconocen la persistencia de los pueblos originarios. Nuestra comunidad se visibilizó en el año 2015. Siempre fuimos Yaganes, desde que tuvimos memoria. Mi mamá siempre nos repetía “no se olviden ustedes que son Yaganes” acompañando la frase con algunas palabras en lengua Yagan.
Formamos nuestra comunidad haciéndole saber a la sociedad que estuvimos, estamos y pertenecimos a nuestro territorio. En Ushuaia somos alrededor de 50 personas registradas e invitamos a todo aquel que se reconozca Yagan a sumarse.
¿Cuáles son los ejes fundamentales de la concepción del ambiente de la comunidad y como se relacionan con el entorno y los recursos que ofrece?
Somos parte de la naturaleza, otros seres vivos que formamos parte del entorno, por lo que el respeto por el ambiente es nuestra prioridad. Somos consumidores de los frutos del mar, como así también de los que nos ofrece la tierra, como los hongos, los calafates y las frutillas silvestres. En nuestra infancia el fuego era nuestra calefacción diaria. Siempre obtuvimos de la naturaleza los recursos en su justa medida. El crecimiento de la ciudad fue dejando de lado esa vida más natural.
¿Cómo han afectado los cambios culturales a su comunidad?
Es un tema muy fuerte, ya que esto viene afectándonos desde la llegada del hombre blanco. Es muy difícil contestar sin herir susceptibilidades. Mis anteriores tuvieron que soportar cambios muy fuertes, como la vestimenta y vivir en casas. Así desapareció gran parte de nuestra etnia. Cambiaron sus costumbres, sus creencias, su forma de comer, sus ciclos naturales y hasta la forma de medir el tiempo. Desde ese momento vivimos cambios rapidísimos que nos hacen estar a los saltos todo el tiempo. Hoy en día, a pesar de que somos los habitantes originales de este territorio, no tenemos tierras, somos familias numerosas que viven con sus hijos mayores por no contar terrenos para sus viviendas. Seguimos esperando que se nos otorguen tierras y viviendas y seguiremos esperando.
¿Cuál es tu postura en relación a los proyectos que actualmente se están desarrollando en las costas del canal?
No estamos de acuerdo con estos proyectos, para nada. El tema de las salmoneras es gravísimo para la humanidad. Quizás haya quienes se puedan beneficiar económicamente con este proyecto pero nosotros estamos convencidos que es muy nefasto para la comunidad en conjunto, no solo para nosotros sino también para la comunidad de Puerto Williams. No importa donde se instalen, el Onashaga es uno solo, el canal no tiene fronteras. Con respecto al corredor costero del Beagle nunca fuimos consultados como comunidad, y nuestra postura es totalmente negativa. Desde ya creemos que se trata de otro proyecto pensado para unos pocos que solo nos deja la destrucción de los lugares donde nuestros anteriores vivían, donde se realizaron ceremonias ancestrales, donde nacieron sus hijos. Toda la costa tiene yacimientos arqueológicos que hablan de las raíces de Ushuaia.
¿Qué participación tiene la comunidad en los reclamos contra la instalación de las salmoneras?
Nuestra participación en el tema de las salmoneras es bastante activa, ponemos nuestra palabra cada vez que somos invitados. Estuvimos en Puerto Williams acompañando en sus manifestaciones al pueblo Yagan de Mejillones. Sin embargo, a pesar de que siempre somos invitados a poner nuestra palabra, en acciones fuertes no somos consultados. La ley nacional 26160 establece que los pueblos originarios pueden y deben recurrir a la justicia con recursos de amparo en temas que puedan afectar a nuestro territorio. Estamos trabajando para poder llegar a la justicia para parar estas cosas. Sabemos que las salmoneras son nefastas y es nuestra obligación defender nuestro territorio, nuestro ambiente y nuestra naturaleza y para eso estamos organizados para hacerlos. Desde chicos nos enseñaron que hay que proteger nuestros recursos. La naturaleza es sabia y por eso aún estamos en Ushuaia.
Abel Sberna
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