Conservación | Investigaciones fueguinas en la 10° Conferencia Internacional de Pingüinos



  • Cada 3 años se realiza un evento internacional conocido como Conferencia Internacional de Pingüinos que reúne a investigadores e investigadoras de todo el mundo para compartir estudios y planificar nuevas acciones para la conservación de estas aves.
  • Andrea Raya Rey, investigadora del CADIC-CONICET participó este año de la 10° edición de la conferencia, donde presentó aspectos de su trabajo con los pingüinos de la región.
  • Los estudios llevados adelante en Isla de los Estados y el Canal Beagle por especialistas de CADIC son fundamentales para conocer el estado de las poblaciones de pingüinos y otras aves marinas, características de su historia de vida y planificar acciones para su conservación.

Las Conferencias Internacionales de Pingüinos comenzaron en 1988 en la ciudad de Dunedin, Nueva Zelanda, y desde entonces se llevan adelante ediciones regularmente en diferentes lugares del mundo. En el año 2004 la ciudad de Ushuaia fue la sede de este importante evento que reúne a especialistas que trabajan con pingüinos alrededor del mundo. En agosto de este año se celebró la decima edición de la conferencia y el escenario elegido fue nuevamente la ciudad neozelandesa de Dunedin, hogar de nacimiento del evento. “Esta conferencia reúne a los investigadores de todo el mundo que trabajan en relación a los pingüinos” explica Andrea Raya Rey, Doctora en biología e investigadora del CADIC-CONICET y la UNTDF quien lleva adelante estudios sobre aves marinas de la región desde hace mas de veinte años. “Por un lado compartimos lo que estamos haciendo cada uno, las novedades y resultados de nuestros estudios, pero también está bueno hacer esta sinergia en pos de la conservación de las especies. En estas conferencias se hacen charlas entre especialistas que trabajan en una especie en particular, por ejemplo, y organizamos trabajos en colaboración. Se trabaja con planes de acción para especies particulares o globales, por ejemplo, en esta última conferencia acordamos llevar adelante un mega proyecto consistente en equipar con unos geolocalizadores muy pequeños a todos los pingüinos del género Eudyptes, pingüinos crestados, para ver cómo se distribuyen en el mar, como se segregan, cuáles son las amenazas” explica la investigadora.


En esta oportunidad fui con dos estudiantes a los cuales dirijo en sus tesis doctorales, Samanta Dodino y Nicolás Lois. Nicolás trabaja en genética de Eudyptes de todo lo que es el atlántico sud occidental y Samanta está trabajando con el pingüino de Magallanes, siguiendo las estrategias de alimentación durante las épocas reproductivas y no reproductivas de varias colonias de Tierra del Fuego” relata Raya Rey. “Por mi parte presenté un trabajo sobre socioecología que involucra a los pingüinos, los pingüinos y el turismo, mostrando todos los beneficios que esta especie brinda a la sociedad y cuanto le retribuimos, que es bastante poco. La última presentación estaba a cargo de Sabrina Harris, investigadora de nuestro laboratorio, que, si bien no pudo asistir, fue presentada por un colega en su nombre. En ese estudio mostramos la plasticidad durante la dispersión invernal del pingüino penacho amarillo de Isla de los Estados y Malvinas en años con características oceanográficas con anomalías y encontramos que los pingüinos presentan diferentes patrones respecto a otros años en respuesta a la variación física en el océano. Tenemos pingüinos equipados durante el invierno en varios años en las dos localidades” agrega.

25 años de trayectoria con las aves marinas

Andrea Raya Rey es uno de los primeros nombres que suenan al hablar de aves marinas del Canal Beagle y la región austral en general. Su trabajo cuenta con mas de 20 años de investigación, cuyo fruto ha sido la acumulación de valioso conocimiento sobre la avifauna de la región y colabora con la conservación de especies como el pingüino de penacho amarillo, un pingüino con graves problemas de conservación cuyas poblaciones disminuyeron cerca de un 80% en los últimos cien años, producto principalmente del cambio climático. “Yo comencé a trabajar hace 25 años, y me instalé en Ushuaia hace 20. Adrián Schiavini, que era mi director, trabajaba con lobos marinos y comenzaba a hacer algunos estudios sobre distribución de aves marinas y las aves marinas y las pesquerías” relata la investigadora acerca de sus inicios en la investigación de las aves marinas del Atlántico Sur. “Yo vine para trabajar con mamíferos marinos, pero por propuesta de Adrián hice mi tesis de licenciatura sobre la comunidad de aves marinas del Canal Beagle, un estudio que resultó bastante interesante. Finalmente, luego de varios viajes a Isla de los Estados ayudando a Adrián con los censos de lobos y también con los trabajos en penacho amarillo, decidimos que mi tesis de doctorado sea en estudios de ecología trófica de pingüinos de penacho amarillo en Isla de los Estados”. Agrega.


A partir de ese momento Andrea dedicó su carrera al estudio de las aves marinas para entender sus hábitos reproductivos y de alimentación, conocer el estado de conservación de sus poblaciones y determinar las amenazas a las que se enfrentan las diferentes especies que habitan la región. Actualmente ella y las investigadoras Gabriela Scioscia y Sabrina Harris junto a un grupo de estudiantes de doctorado y postdoctorado son quienes trabajan con aves marinas en el Canal Beagle y la Isla de los Estados. “Nuestros estudios en Isla de los Estados y el Canal Beagle tratan sobre ecología reproductiva, tendencias poblacionales y ecología trófica, para entender qué, cómo y dónde comen, y cómo hacen para obtener el alimento y el estado de las poblaciones. Estamos logrando tener una base de datos de largo plazo que permita atribuir los cambios tróficos, reproductivos y de salud a cuestiones naturales, como pueden ser ciclos climáticos como el niño o la niña, y antrópicas, como el cambio climático, la pesca, el turismo y tantas otras actividades humanas” explica Raya Rey.

Un trabajo enfocado en la conservación

La investigación pormenorizada y los datos obtenidos permiten conocer el estado de las poblaciones de aves de la región y delinear acciones tendientes a su conservación. En la actualidad, debido al cambio climático y otras acciones que impactan sobre los hábitats naturales son muchas las especies animales y vegetales que se encuentran amenazadas o en vías de estarlo, por lo que los datos científicos resultan fundamentales para poder establecer estrategias de remediación, protección y conservación del ambiente y la biodiversidad.


Con nuestros estudios generamos conocimiento que permiten determinar áreas importantes a ser conservadas y dar sustento a la creación de áreas marinas protegidas, de hecho, nuestros trabajos con los pingüinos de penacho amarillo fueron muy importantes para la determinación de las áreas marinas Banco Burdwood y Yaganes, y la definición de la reserva provincial Costa Atlántica, aportando la información sobre las áreas de alimentación de pingüinos y petreles que obtuve en Isla de los Estados. Tratamos de que nuestros estudios colaboren con la gestión y el manejo. En este momento hay una estudiante trabajando en Isla de los Estados con el tema de los ciervos y las cabras. Se trata un estudio fundamental para poder elaborar un plan de erradicación de estos introducidos ya que hacen falta estudios de base” explica la investigadora.

La relación de los pingüinos con la sociedad fueguina

Una de las particularidades de nuestra región es la estrecha relación que se presenta cotidianamente con el entorno natural. Las actividades que se llevan adelante en Tierra del Fuego, tanto productivas como recreativas, tienen un impacto directo en el ambiente y muchas de ellas lo aprovechan como un recurso para poder desarrollarse. En particular el turismo es una actividad que depende fundamentalmente del patrimonio natural para poder sostenerse. En el Canal Beagle se ofrecen todo tipo de productos turísticos que se sustentan en el paisaje y la biodiversidad del mar. Los pingüinos atraen cientos de turistas a sus sitios de nidificación cada año. Los visitantes disfrutan a los pingüinos mientras pasean por sus colonias, pero además los pingüinos constituyen componentes claves para un ecosistema marino saludable, además de ser fuente de ingresos para las economías locales y globales a través del turismo. Es por ello que Raya Rey estudia la relación que se da entre la sociedad y las aves que habitan el Canal Beagle, en particular los pingüinos. La investigadora explica que se encuentra “trabajando fuertemente en estudios socioecológicos, que son muy importantes, para entender todo lo que nos da la naturaleza y como lo estamos retribuyendo, y si nuestras actividades son o no sustentables”. Estos estudios resultan muy importantes para conocer el impacto que la actividad tiene sobre los pingüinos del canal y establecer pautas para trabajar en el aprovechamiento sustentable del componente natural del Beagle.

 
En la Conferencia Internacional de Pingüinos Raya Rey presentó un estudio sobre la relación entre los humanos y los pingüinos, basándose en las visitas a las colonias en tres localidades: Isla Martillo en Tierra del Fuego, Punta Tombo en Chubut y los viajes a la Península Antártica a través de las embarcaciones que parten desde la ciudad de Ushuaia. El trabajo concluye que estas localidades reciben grandes ingresos económicos gracias a la explotación de estas colonias para el turismo, pero sin embargo nada de estos ingresos es invertido en investigación y conservación de los pingüinos. La inversión de parte de las ganancias derivadas del turismo resultaría fundamental para poder garantizar un aprovechamiento que se sostenga en el tiempo, teniendo en cuenta que la actividad turística depende principalmente de un ambiente conservado.

Abel Sberna


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